Estaba con Carmela en el mercado del Olivar. Hacíamos compra en un puesto y entre lo que comprábamos había un chuletón de ternera. Al ir a pagar pagaba con tarjeta y al fijarme resulta que había pagado 24000€. Me alarmaba haber pagado tanto y se lo decía a mi mujer, que respondía que vaya, que es que habíamos comprado un chuletón. Yo seguía ngustiado y sin entender que pudiese costar tanto. Me fijaba en el mostrador, donde los chuletones y veía que, efectivamente, ponía que el precio eran 24000 €/kg. Entonces yo me daba cuenta de que podía tratarse de un error y le preguntaba al carnicero por el precio. Él me decía que eran 24 €/kg. Yo respiraba aliviado y le hacía darse cuenta del fallo. Nos pedía disculpas pero no sabía como devolvernos todo el dinero pagado de más.